El periodista y director del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), Horacio Verbitsky, negó una vez más haber tenido vínculos con la Fuerzas Aérea durante la última dictadura militar, luego de una biografía publicada este año. También brindó detalles sobre su participación en la organización Montoneros.

En una entrevista con el diario Buenos Aires Herald, publicada hoy, Verbitsky negó nuevamente -ya lo había hecho en mayo– las acusaciones publicadas en un libro del periodista Gabriel Levinas y el ingeniero Pedro Güiraldes, quienes aseguraron que Verbitsky fue el redactor oculto de discursos de los comandantes en jefe de la Fuerza Aérea Orlando Ramón Agosti y Omar Graffigna, integrantes de la primera y la segunda junta militares durante la última dictadura.

Como en otras ocasiones en las que fue consultado por estos temas, negó la veracidad de la documentación presentada. “Esta gente dice que estuvo trabajando en mi biografía por dos años, pero esta es la evidencia real de que son incompetentes o de que actúan de mala fe”, dijo.

Las vinculaciones de Verbitsky con la Fuerza Aérea fueron motivo de controversias. Una de ellas se produjo entre el presidente del CELS y el escritor Marcos Aguinis en Perfil, en agosto de 2009. Aguinis había acusado a Verbitsky de colaborar con el comodoro Juan José Güiraldes, que era oficial retirado de la Fuerza Aérea, en la redacción del libro El poder aéreo de los argentinos, publicado en mayo de 1979.

En la entrevista hoy por el Buenos Aires Herald, Verbitsky opinó sobre la relación entre J.J. Güiraldes -padre de Pedro, uno de los autores de la biografía difundida este año- y Graffigna: “Me parece que este hombre ha llevado a Pedro Guiraldes, que no parece muy inteligente, a decir que su padre apoyó a la dictadura, lo cual enojó a sus hermanos e incluso fue refutado por Felipe Solá”, sostuvo.

Y habló sobre su vínculo con J.J. Güiraldes. “Cuando yo era adolescente, él solía visitar mi casa y mi padre y yo visitábamos su residencia en Olivos. Él era el socio de Jacobo Timerman en la revista Confirmado, que fue cerrada cuando ocurrió el golpe. Luego de que Timerman volvió del exilio en 1967, lanzó una consultora con Güiraldes. Yo solía ir a su oficina seguido porque estaba trabajando en el lanzamiento de un diario en Mendoza con Timerman. En 1970, Timerman me habló de empezar a trabajar en un diario nacional. Güiraldes rechazó la invitación”, dijo.

Luego brindó más detalles sobre la relación después del golpe: “Después del secuestro de Timerman en 1977, visité a Güiraldes para tratar de reunir información sobre Timerman. Durante una de esas visitas, me pidió ayuda para escribir un libro. Parecía una buena oportunidad para hacer un poco de dinero. Era un libro de un ex líder de Aerolíneas Argentinas. No menciona la situación política. Cuando terminamos ese libro, El Poder Aéreo de los Argentinos, él sugirió que escribiera un libro sobre Jorge Newbery. ¿Por qué no? Me dio algunos lineamientos y preparé un borrador, que él tomó en Historia del Instituto de Aeronáutica Newbery pero no les gustó. Es por eso que fui acusado de escribir el libro Aeronáutica, ayer, hoy y mañana. ¿Dónde está ese libro? No existe”, clamó.

Cuando se le preguntó si Güiraldes podría haberle pagado usando fondos del instituto, Verbitsky respondió: “No quiero especular sobre eso. Siempre tuve respeto y afecto por él. Lo ayudé a escribir el libro. Si fue pagado por el instituto, no tengo idea”, sostuvo.

Su vínculo con Montoneros

Verbitsky negó, como en otras ocasiones, haber ocupado un rango de importancia dentro de Montoneros: “Parece raro ahora, porque pensás en mí como soy hoy. Pero tenía un muy bajo rango. El mito no fue creado por Güiraldes, sino por el [ex líder de Montoneros, Mario] Firmenich, quien dijo que yo era el número dos del sector de inteligencia de la organización”, sostuvo. “Yo estaba en el área de información. Desearía haber tenido el rango que dicen que tuve o el cargo que dicen que tuvo [el periodista Rodolfo] Walsh. Si lo hubiéramos tenido, nos habrían escuchado y hubiésemos podido prevenir nuevas catástrofes. Como éramos miembros de bajo rango, no teníamos mucha influencia”.

También recordó que era “muy crítico” de los líderes de Montoneros en 1975 y reveló que a pesar de ello, podría haber sido posible que lo promovieran. “Era posible porque la represión diezmó a nuestro grupo. Además, nunca admitieron nuestras críticas. La única respuesta que tuve fue cuando me dijeron que no podía seguir siendo parte del partido [.] en septiembre de 1977. Honestamente, estaba en contra de la creación de nuevas estructuras”, dijo.

Y enfatizó sobre el momento en que dejó Montoneros: “Les pedí que me dieran una declaración escrita explicando por qué. René Haidar me la dio, diciendo que era separado del partido Montoneros debido a la falta de confianza en el liderazgo. Estoy absolutamente convencido de que tenía buenas razones para no confiar en ellos”, lanzó.

En otro pasaje de la entrevista, aseguró que Firmenich lo acusó de haber sido jefe de inteligencia de Montoneros como parte de su negociación de perdón con el entonces presidente Carlos Menem. Y reveló que Firmenich también mencionó a Hebe de Bonafini. “Ambos éramos espinas en el gobierno de Menem”, sostuvo..

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